La A9 es la carretera, a trozos autovía, que comunica Inverness con Edimburgo. Siguiendo esta carretera, pasado el kilómetro veinticinco, hay un desvío que conduce al pueblo de Tomatin. No, no es éste un pueblo muy destacado salvo por un pequeño detalle: huele demasiado a whisky.
Después de seguir un corto trayecto bien indicado se tiene acceso a la mayor destilería de whisky del mundo. Las visitas son bien recibidas y organizan recorridos por la destilería con abundantes explicaciones de todo el proceso de producción y maduración del Scotch.
Tal vez debamos decir que lo que se enseña es la destilería tradicional, la que produce las famosas maltas que llevan el nombre de la casa, pero no se muestran las modernas instalaciones, con destilación continua de whiskys grain que luego se vende a los distintos tratantes en whisky para hacer sus blenders.
La destilería es, en este momento, propiedad de grupos económicos japoneses y ese es, también, el destino fundamental de sus caldos.
Mientras haya whisky en la botella... Así canta una canción popular escocesa. La versión irlandesa es muy similar, dice: mientras haya whiskey... Cierto, la diferencia es bien pequeña (solamente una "e"), pero el orgullo de dos pueblos orgullosos está en juego. El uisgebaugh gaélico, ¿dónde fue inventado?
Si la respuesta es difícil para un experto, digamos en cambio que la mayor habilidad escocesa en asuntos de negocios han hecho la respuesta fácil para los no-tan-expertos: faltaría más, el whisky, también llamado scotch, es ciertamente algo escocés.
El whisky fue un asunto doméstico, cuando no ilegal, hasta bien entrado el siglo XIX en que, con el desarrollo de métodos de destilación continua, se sustituyeron los antiguos, y poco eficientes, alambiques caseros.
Pero la estandarización de la producción va muchas veces reñida con la calidad, por lo que los antiguos sistemas de producción se han mantenido para la obtención de aguardientes de gran calidad, destinados a ser envejecidos, y en general vendidos, sin ningún tipo de mezcla: son los llamados single malt, whiskyes con carácter, para connoiseurs.
La producción industrializada se centra fundamentalmente en la obtención de whiskys grain, que luego son mezclados (blended) en proporciones fijas, a veces con algo de whisky malt, hasta conseguir un sabor determinado.
Empresarios escoceses como John Walker, James Buchanan o los hermanos Dewar se hicieron de oro comercializando internacionalmente unas determinadas mezclas con las que consiguieron gran prestigio: era el scotch.
En Escocia subsisten actualmente unas ciento diez destilerías, si bien, algunas de ellas, en condiciones bastante precarias. Y es que, la destilación del whisky está tan extendida por todo el mundo que ni siquiera de algo llamado scotch puede afirmarse que no sea made in Calcuta, por decir algo.
Pero puede ocurrir también que, aun siendo un auténtico scotch, sus dueños no sean precisamente de las viejas y húmedas tierras caledonianas. Por ejemplo:
El ABERLOUR (Single Malt), destilado en el superfamoso valle del whisky (Glen Livet) pertenece a la firma francesa Pernod Ricard mientras que, el conocido CHIVAS (Blended deLuxe) es propiedad de la firma canadiense Seagram.
El ya mencionado TOMATIN (Single Malt) podría llamarse Takara Schuzo and Okura, nombre de su propietaria japonesa, aunque, claro, suena bastante mal. En cambio, el algo menos conocido LOCHSIDE (Single Malt), destilado en Montrose, al Sur de Aberdeen, (propiedad de la firma española: Destilerías y Crianza del Whisky, S.A.) bien podría llamarse DYC.
Pero sobre whiskys hay algunas otras curiosidades dignas de mención:
El Single Malt más vendido en el mundo es el Glenfiddich, mientras que, en Escocia (con, probablemente, paladares más expertos), ese honor le corresponde al Glen Morangie.
El Blended más vendido en el mundo es el Johnnie Walker (etiqueta roja) seguido de cerca por el J.B.Rare producido por Justerini & Brooks. Por cierto que, este Justerini, un tipo simpático de Bolonia, llegó a Londres siguiendo a una cantante de ópera por la que se sentía especialmente atraído. Allí encontró al socio que le llevó al mundo del whisky.
El Blended más vendido en USA es el Dewar's, mientras que en Japón lo es el White Horse. Por otra parte, el Blended más viejo (y, por supuesto, más caro) es el Ballantine's de treinta años.
La mayor destilería de Escocia es la ya comentada Tomatin con una producción de cinco millones de galones anuales de whisky. La más pequeña es la Edradour (propiedad de Pernod Ricard).
La destilería Banff tiene una curiosa historia que cuenta como, durante la segunda guerra mundial, miles de galones de whisky tuvieron que ser vertidos a un riachuelo para prevenir un incendio. Con este arroyo se regaron pastizales... y llegó un momento en que las vacas que los pastaban no pudieron mantenerse en pie para ser ordeñadas...
Highland Park es una destilería fundada por un curioso personaje: de día era predicador de la iglesia presbiteriana mientras que, de noche, trabajaba de contrabandista. En varias ocasiones fue pillado con su botella de whisky debajo del púlpito de la iglesia donde leía sus sermones.
Inmortal Memory (en recuerdo del poeta nacional escocés Robert Burns) fue proclamado, en la International Wine and Spirit Competition de 1991, mejor whisky blended del mundo, mientras que el título de best liqueur in the world recayó en el licor de whisky Atholl Brose.
The Macallan es el único single malt envejecido en barriles de Jerez durante todo el tiempo de maduración (otras destilerías sólo usan este tipo de barriles durante un corto período de tiempo).
100 Pipers (blend) debe su nombre a una antigua leyenda que asegura que al beber un buen whisky se puede oír tocar a un gaitero, a dos si el whisky es mild, a cuatro si es smooth, a cinco o seis si es mellow y, por supuesto, para poder escuchar a cien debe ser un whisky único.
Vat 69 (blended) debe su nombre al hecho de que, para encontrar la mejor mezcla, William Sanderson preparó hasta cien mezclas de distintos whiskys. La del barril número 69 (Vat 69) fue encontrada unánimemente como la mejor.
Drambuie (licor de whisky) era el licor personal de Carlos Eduardo Estuardo (Bonnie Prince Charlie). Después de la batalla de Culloden, en donde sus partidarios fueron arrasados, se quedó prácticamente abandonado. Solo unos pocos amigos le acompañaron en su huída hasta la isla de Skye. Entre estos amigos estaba el capitán John Mackinnon, nativo de la isla, y a quien, el Príncipe, recompensó por su lealtad entregándole la receta secreta de su propio licor.
Y, finalmente, The Glenlivet (single malt) fue la primera destilería del valle que legalizó su situación. Ello le causó numerosos problemas y su propietario, un tal Smith, tuvo que ir continuamente armado para defenderse de la ira de sus competidores ilegales. Por supuesto, el artículo determinado que le acompaña, se debe a que, existiendo otros muchos whiskys destilados en el Glen Livet, éste fue el primero en legalizarse y llevar el nombre del valle.
La carretera hacia el Sur discurre por paisajes de gran belleza, cruzando las montañas Grampian para adentrarse en el conocido Glen Garry que desciende hacia el valle del Tummel, cerca ya de Pitlochry. A nuestra izquierda hemos dejado la salvaje Forest of Atholl asentada en las laderas de las montañas grampianas.