lunes, 10 de agosto de 2009

Ironbridge / km 480

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Foto: j.cerdeira

Fue en el otoño del año 1708 cuando Abraham Darby, maestro siderúrgico de Bristol, decide trasladarse al alto valle del Severn. Aquí, en Ironbridge Gorge, en el año 1709, trabajando para la Coalbrookdale Company, propone la utilización de coke, en vez de carbón vegetal, para la reducción del mineral de hierro en los hornos siderúrgicos.

Los experimentos tienen éxito y, en el propio valle, hay coke y mineral de hierro para darlle cun zoque, que dicen en mi pueblo. Esta disponibilidad de hierro, a precio módico, pone en marcha la primera gran revolución del siglo XVIII (revolución industrial, en contraste con la segunda, la francesa, que tendrá carácter político).

A la abundancia de coke y mineral de hierro de la zona, se une un magnífico sistema de transporte fluvial, montado a lo largo del río Severn, que va a permite el fácil transporte de los productos siderúrgicos con destino a la exportación.

El dominio de la nueva tecnología se pone a punto cuando la Coalbrookdale decide que el puente a construir para salvar el río, sin interrumpir la navegación, va a ser de hierro. El Parlamento emite la correspondiente acta de autorización en 1777 y la construcción de un puente metálico, de peaje y propiedad privada, se pone en marcha. Este iron bridge, proyectado por Thomas Pritchard y fundido en 1779 bajo la dirección de Abraham Darby III, es el primero de su clase en el mundo y va a servir de escaparate permanente de la nueva tecnología.

En la garganta del Severn, situada en lo que hoy es Ironbridge, se hacen los primeros raíles de ferrocarril, las primeras ruedas de hierro, el primer barco de hierro, el primer puente de hierro e, incluso, la primera locomotora con caldera de alta presión.

Hoy, Ironbridge es patrimonio de la humanidad y aquí se conservan, además del simbólico puente de hierro, parte de los primeros hornos siderúrgicos construidos por los Darby, un museo sobre el hierro, un horno/museo sobre el ladrillo, un museo sobre la fabricación de porcelana, un museo al aire libre sobre la vida de hace cien años en este entorno industrial y la locomotora construida por la Coalbrookdale Company para Richard Trevithnick en 1802, un cuarto de siglo antes que la Rocket de Stephenson).

Todos los museos están repartidos en una zona de unos cuatro kilómetros a lo largo del Severn y su visita puede hacerse con un único billete de validez ilimitada. El tiempo de cada visita es corto con excepción del museo al aire libre al cual se le puede dedicar mediodía.
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Foto:  j.cerdeira

Terminadas las visitas, y volado convenientemente el avión, continuamos por la cuenca del Severn, hasta Shrewsbury, el pueblo natal de Charles Darwin.

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