sábado, 8 de enero de 2011

Glen Coe / km 1830

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Glen Coe

Lugar emotivo por excelencia para un escocés. Emotivo es su increíble paisaje, emotivo es el recuerdo de aquella noche de Febrero de 1692.

Muchos de los clanes escoceses habían mantenido su tradicional fidelidad a los Estuardos por lo que no eran muy de fiar para el nuevo rey Guillermo III, Duque de Orange y primero de la dinastía de Hannover. Para conocer hasta qué punto podía confiar en estos pequeños ejércitos particulares, ordenó, con carácter general, que se le prestara juramento de fidelidad.

Por alguna circunstancia no muy bien explicada, el jefe del clan de los MacDonald se retrasó unos días en cumplir con lo ordenado. Ello desencadenó las iras (o, tal vez, el temor) del nuevo rey que inmediatamente decidió tomar represalias.

La labor se la encomendó al Duque de Argill, jefe del clan rival de los Campbell, que siempre se había mantenido opuesto a los estuardos y que, lógicamente, haría de buen grado cualquier cosa que perjudicara a su poderoso rival. El Duque condujo a sus fuerzas hannoverianas hasta el valle de Glen Coe y allí, mediante buenas palabras, consiguió alojar a sus tropas en las casas del clan de los MacDonald.

Fue entonces cuando, en aquella noche inhóspita de Febrero, se produjo la gran traición. Las tropas hanoverianas, mandadas por el Duque de Argill (también llamado Red John of the Batle) comenzaron a matar a sus anfitriones sin dejar escapar a nadie. Todos los varones de menos de setenta años fueron pasados por las armas. Fue una matanza preparada, en masa, horrible. El valle quedó reducido a la nada y el poderoso clan a punto de desaparecer.

Nadie podrá olvidar... Nunca. Pero ésta es una tierra práctica, así que, si se le puede sacar algo a la desgracia... Ahora, numerosos turistas, especialmente británicos, recuerdan la tragedia y, al mismo tiempo, colaboran con la economía del valle...

Edwardian painting of the site of the infamous 1692 massacre
of the MacDonald clan in Glen Coe, Argyll

En Ballachullish, donde antes estaban los transbordadores que cruzaban el Loch Leven, hoy se ha construido un moderno puente desde el cual, y en mi opinión, se pueden ver las mejores puestas de sol del planeta.

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