viernes, 21 de mayo de 2010

Loch Lomond / km 1605

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Loch Lomond

El Lomond es el mayor de los lagos de Gran Bretaña, con una extensión de más de 250 kilómetros cuadrados. Alberga, además, unas treinta islas completamente cubiertas de bosques y el paisaje que lo rodea es de una gran belleza. Desde el Ben Lomond, al Norte, se tiene la mejor y más completa vista del lago.

Loch Lomond

Por la mañana, cuando nos levantamos, Mariló tenía un fuerte dolor de espalda. Y al decir fuerte, quiero decir fuerte, como sólo los que padecen de la espalda saben por experiencia. Todos estábamos muy preocupados. ¿Qué hacer? Otras veces le había pasado algo parecido y, con masajes, un poco de calor y reposo, había mejorado. ¿Los médicos? Bueno en estos casos no hacen milagros...

Estábamos a 2.600 kilómetros de Madrid. Mariló no podía moverse de la cama ni en la cama, pero, decidimos esperar un día a ver como evolucionaba la cosa...
El loch Lomond desde el ben Lomond

Desde la AC, el Lomond se veía cubierto por jirones de neblina que le daban una belleza un tanto trágica. Nosotros lo abandonamos para seguir la carretera A83 que cruza paisajes increíblemente bellos. A nuestra izquierda dejamos el Loch Long y cruzando un pequeño puerto de nombre evocador (Rest and be Thankful), entramos en el Glen Fyne.

El loch Lomond

Cada cierta distancia, la carretera dispone de miradores donde parar un rato para observar el bellísimo paisaje. Estos pequeños aparcaderos son muy útiles para disminuir al mínimo los accidentes provocados por la falta de atención de los conductores.

Digamos, además, que, llegados a Escocia, los conductores continentales nos sentimos ya suficientemente acostumbrados a conducir por la izquierda como para no tener que prestar excesiva atención al hecho, provocando una cierta relajación que puede no ser buena. A ello se suma el robo de atención causado por la belleza del paisaje para que pueda producirse el despiste y salgamos de un aparcadero... ¡conduciendo por la derecha! Las estadísticas confirman este hecho y son muchos los conductores continentales que tienen su primer accidente justo en Escocia.

Claro que, a la salida de todos los aparcamientos, hay un visible cartel, escrito en todos los idiomas comunitarios, que nos recuerda el ...conduzca por su izquierda.

domingo, 9 de mayo de 2010

Stirling / km 1473

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El castillo de Stirling

Stirling es una ciudad de la Escocia central, encaramada en un promontorio rocoso y bañada por el río Forth. Su historia está relacionada con la de su importante castillo que fue residencia real escocesa durante varios años.

Stirling se convirtió en residencia real con el advenimiento de los Estuardos y alcanzó su época dorada bajo Jacobo IV, un verdadero príncipe renacentista.
Jacobo V fue coronado aquí, al igual que su hija, Mary Queen of Scots. Aquí, en la capilla real, se bautizó, también, su hijo, el futuro Jacobo VI de Escocia y I de Inglaterra, siendo precisamente con la marcha de Jacobo cuando Stirling perdió su estatus real.

En Stirling debe visitarse su castillo que, como hemos visto, fue palacio real y en cuyas proximidades se desarrollaron numerosas batallas. Además del castillo, es muy bonita toda la parte alta de la ciudad y, en especial, la iglesia de Holy Rood en la cual fue coronado el infante Jacobo VI en 1567, con John Knox leyendo el sermón.

Cerca está, también la casa de Lord Darnley, que nos introduce en la vida de María Estuardo.

Farola en Stirling. Foto: José Cerdeira

Enrique VIII de Inglaterra tenía un hermano, Jacobo, que reinó en Escocia con el nombre de Jacobo IV. El hijo de éste, Jacobo V, casado con la francesa María de Guisa (también llamada de Lorena), fue el padre de la gran María Estuardo.

La historia de María, Queen of Scots, no es la simple historia de un monarca más, si no un intenso drama que se desarrolla entre las casa reales de Escocia, Francia e Inglaterra a mitad del siglo XVI: historias de amor, de intrigas y de misterios que acompañaron los siete años del reinado de María.

María hereda la corona de Escocia, por muerte de su padre, cuando solo tenía una semana de vida. Desde ese momento, y con los enfrentamientos religiosos como trasfondo político, las principales cortes europeas, pero en especial la francesa y la inglesa, intentan influir en la educación de la joven reina.

Enrique VIII manda una fuerza a Escocia pretendiendo llevarse a María para que reciba una educación apropiada en Inglaterra. Los escoceses se dividen: los reformistas, con Knox a la cabeza, apoyan a Inglaterra, los católicos, con la ayuda de Francia, intentan defenderse. Escocia está sumida en una guerra civil. El ejército expedicionario inglés arrasa todo lo que encuentra y llega hasta Edimburgo. Pero los franceses, presionando desde la propia Francia, consiguen, después de la muerte de Enrique, que los ingleses se retiren de Escocia.

El precio a pagar por la ayuda francesa fue la educación de la joven reina. María fue llevada a Francia: tenía seis años.

Mientras duró esta situación, las políticas exteriores de Francia y Escocia marcharon unidas. María acaba casándose con el delfín de Francia y, al año siguiente, se convierte en reina al acceder su marido a la corona con el nombre de Francisco II.

María, una reina sin reino

No duró la dicha. Un año más y María se queda viuda y sin un descendiente que pudiera heredar el trono dejado vacante. Aislada en Francia, debió volver a Escocia en donde su madre también acababa de morir.

Isabel I, nueva dueña de Inglaterra, todavía intentó capturar a la reina de los escoceses antes de que ésta llegara a su patria, pero una niebla espesa permitió que el barco con la comitiva real no fuera detectado. Claro que, en la vieja Caledonia, continuaban las luchas fraticidas entre los distintos frentes religiosos...

Y María las complicó aun más. Ella era muy alta, todos los hombres le resultaban bajos, así que..., en cuanto vio a Lord Darnley, delgado, pálido, ojos negros, uno noventa de estatura, se enamoró de él. Un mes más tarde se casaban.

Las bodas debieron ser fastuosas. John Knox multiplicaba sus sermones en Stirling, en donde había sido la boda, criticando los excesos de una celebración que duró tres días...

Pero a María, el amor por Darnley le duró poco. Sus horas de ocio las pasaba con un asesor y músico de cámara italiano llamado David Riccio, del que Darnley debía sospechar algo, aunque probablemente sin razón, pues, el pobre Ricio, era jorobado y sin ningún tipo de atractivo físico conocido.

La cosa acabó mal. Entre el marido celoso y algunos partidarios suyos asesinaron al pobre Riccio, dándole numerosas cuchilladas delante de la propia reina y, cosas de la vida, como donde las dan las toman, Darnley acabó, también, asesinado. Nunca se supo quien lo hizo... pero, como a rey muerto rey puesto, María aprovechó para casarse de inmediato con el Conde Bothwell, esta vez por el rito reformado.

Máscara mortuoria de María conservada en el Lennoxlove Castle

¿Y los católicos? Cabreados. ¿Y los reformistas? Como siempre, contra ella. No le quedaban apoyos. Hubo de dimitir en favor de su pequeño hijo (Jacobo VI) pidiendo ayuda a su prima Isabel, reina de Inglaterra, con la vana esperanza de recuperar su trono. Pero no conocía a Isabel...

Diecinueve años más tarde moría ejecutada en la Torre de Londres. Todo ese tiempo lo pasó prisionera de su querida prima, entre conspiración y conspiración...

Escocia en todo su espledor. Foto: José Cerdeira

Desde Stirling, seguimos hasta Callander, a la puerta de los Trossachs. Este precioso parque, con sus numerosos lagos como el Venachar, Katrine, Drunkie, Ard, etc. disfruta de una justa fama, fama que nosotros a penas disfrutamos, dado lo brumoso del día y lo cerrada de la vegetación que se aunaban para impedir una visión adecuada. Así que continuamos hasta Tarbet, a orillas del Loch Lomond donde dormimos.
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P.S.: En el "post" anterior, cuando nombrábamos a algunos escoceses famosos, nos olvidamos de uno muy importante cuyo nombre, Robert Stirling, concuerda con la ciudad que visitamos hoy. Robert Stirling es un nombre de la máxima actualidad porque inventó un motor (http://en.wikipedia.org/wiki/Stirling_engine ) que se adapta como anillo al dedo a la utilización de las nuevas energías alternativas.

sábado, 1 de mayo de 2010

Glasgow / km 1401

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Jardín botánico (foto Gondor)

Glasgow es la tercera ciudad de Gran Bretaña y la primera de Escocia. Está atravesada por el río Clyde al que debe parte de su riqueza al desarrollarse su industria y comercio en función de esta importante vía navegable. La otra causa de su riqueza está en las ricas minas de carbón que favorecieron una fuerte industrialización especialmente durante el siglo pasado.

Comenzamos nuestra visita por la pequeña Catedral que es la única iglesia medieval escocesa que se salvó de las destrucciones de los reformistas anglicanos y que, a pesar de estar en obras, nos gustó mucho.

Por supuesto, Glasgow es Escocia. Foto: j.cerdeira

La ciudad en sí no suele atraer demasiado a los turistas, pecando de todos los problemas típicos de las zonas muy industrializadas. Sin embargo, Glasgow dispone de unas impresionantes colecciones de arte como la Art Gallery and Museum, con ricas colecciones de pintura, ciencias, arqueología y etnografía y la Burrell Collection que es una de las colecciones privadas más importantes del Reino Unido (tal vez equivalente a la madrileña Colección Tyssen).

Glasgow es la patria chica del gran arquitecto Mackintosh, uno de cuyos edificios es hoy la Glasgow School of Art que fue construido entre 1897 y 1909.

Stirling. Foto: j.cerdeira

Salimos de Glasgow a media tarde con dirección a Stirling, tomando para ello la autovía A80 y luego la Autopista M80. La distancia es corta y el tráfico no era excesivo.

- Pablo, ¿cómo llevas lo de los grandes escoceses?
- De momento, entre inventores, descubridores y científicos, he localizado a más de cincuenta.
- A ver, cuéntanos...
- ¿Os los leo...? Aquí tengo la lista..., bueno, están un poco mezclados pero supongo que no importará demasiado. Voy con inventores y descubridores:

La iluminación a gas: William Murdoch
La bicicleta: Kirkpatrick Macmillan
La máquina de vapor: James Watt
La imprenta rotativa: Thomas Nelson
El frigorífico: James Harrison
Obtención artificial de hielo: Lord Kelvin
El termo: Sir James Dewer
La segadora mecánica: Patrick Bell
El neumático: John Boyd Dunlop
El telescopio de reflexión: James Gregory
Extracción de petróleo de esquistos: James Paraffin Young
El primer gran piano: John Broadwood
El caleidoscopio: Sir David Brewster
La radiotelegrafía: Lord Rutherford
El teléfono: Alexander Graham Bell
El firme de carretera: John McAdam
El plexiglás: J.W.C. Crawford
La tela impermeable: Charles McIntosh
El terylene (o dacron): J.T. Dickinson
El radar: Sir Robert Watson-Watt
La televisión: John Logie Baird
El Cloroformo: Sir James Young Simpson
El parásito de la malaria: Sir Ronald Ross
Los Logaritmos: John Napier
Los gases inertes: Sir William Ramsey
La penicilina: Sir Alexander Fleming
Las cataratas Victoria: Sir David Livingstone
Primer catálogo de 34.000 estrellas: Johan von Lamont
Las cajas de ahorros: Rev. Dr. Henry Duncan
La educación universal: John Knox
El banco de Inglaterra: William Paterson
...

- Pero, ¿seguro que son todos escoceses?
- ¡ Qué te crees...! Yo hago las cosas per-fec-tas.
- ¡ Y eso en un país con menos habitantes que Cataluña...!
- Yo todavía sé otra cosa que inventaron los escoceses -dice Fernando, entre tímido y sonriente.
- ¿Sí? ¿Qué cosa? - pregunta Pablo, incrédulo.
- El alambre.
- ¿El alambre...?
- Sí. ¿No sabías que el alambre lo inventaron dos escoceses que habían encontrado una moneda de un penique?
- No, hombre, no. Eso fueron dos catalanes con una peseta...
- Bueno, ¿me dejáis terminar...? Me faltan los científicos...
- Sí, sí; sigue:

David Hume: filósofo
Adam Smith: economista
Robert Burns: poeta
Walter Scott: escritor
Rober Louis Stevenson: escritor
Thomas Telford: ingeniero civil
Clerk Maxwell: físico
...

- Bueno, vale..., ¡corta ya el rollo!
 
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