martes, 25 de enero de 2011

Fort William / km 1853

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El imponente Ben Nevis
 
Cruce de carreteras a orillas del Loch Linnhe y punto de partida para las ascensiones al famoso Ben Nevis que con sus 1.344 m es la cumbre más alta de Escocia y de toda Gran Bretaña.
 
El ambiente en Fort William era festivo. Numerosos grupos de gaiteros, ataviados con la típica indumentaria escocesa a base de tartanes y sporrans, recorrían las calles haciendo sonar sus gaitas y atronando las calles con sus tambores. El ambiente era fenomenal a esas horas de la tarde/noche.
 
Nosotros, después de visitar el centro de información turística y comprobar que la salida del teleférico al Ben Nevis estaba como a unos cuatro kilómetros, decidimos irnos hasta allí y dormir al lado de la montaña más alta de Gran Bretaña.
 
Después de la cena aprovechamos para repasar las montañas más interesantes y he aquí las cuatro seleccionadas, por la ya varias veces citada revista Practical Photografy, como más bellas de Gran Bretaña:
  • El Ben Nevis cerca de Fort William.
  • Los Pennines.
  • Kinder Scout y Mam tor en Derbyshire.
  • Las Cuillin en Skye.
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Amaneció un precioso día de sol. A las nueve de la mañana hacíamos ya cola para tomar el teleférico hacia las proximidades del famoso Ben. Poco después, cuatro españoles tomábamos asiento en una reluciente cabina austriaca de este rápido teleférico suizo, instalado en las tierras altas de Escocia.

El teleférico no sube al Nevis, sino a una de las montañas adyacentes, siendo necesario luego caminar durante un par de horas hasta llegar al pico. El paisaje que se divisa desde lo alto es bellísimo, destacando especialmente esa suave variación de tonalidades, que van del verde al naranja pasando por un sin fin de colores intermedios, tan típico de las montañas escocesas.

Un servicio de helicópteros permite recorrer las cimas pero, para desgracia nuestra y por alguna razón que desconocemos, ese día no estaban operativos. El vuelo, de unos diez minutos de duración, debe ser como para no olvidar.
 

sábado, 8 de enero de 2011

Glen Coe / km 1830

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Glen Coe

Lugar emotivo por excelencia para un escocés. Emotivo es su increíble paisaje, emotivo es el recuerdo de aquella noche de Febrero de 1692.

Muchos de los clanes escoceses habían mantenido su tradicional fidelidad a los Estuardos por lo que no eran muy de fiar para el nuevo rey Guillermo III, Duque de Orange y primero de la dinastía de Hannover. Para conocer hasta qué punto podía confiar en estos pequeños ejércitos particulares, ordenó, con carácter general, que se le prestara juramento de fidelidad.

Por alguna circunstancia no muy bien explicada, el jefe del clan de los MacDonald se retrasó unos días en cumplir con lo ordenado. Ello desencadenó las iras (o, tal vez, el temor) del nuevo rey que inmediatamente decidió tomar represalias.

La labor se la encomendó al Duque de Argill, jefe del clan rival de los Campbell, que siempre se había mantenido opuesto a los estuardos y que, lógicamente, haría de buen grado cualquier cosa que perjudicara a su poderoso rival. El Duque condujo a sus fuerzas hannoverianas hasta el valle de Glen Coe y allí, mediante buenas palabras, consiguió alojar a sus tropas en las casas del clan de los MacDonald.

Fue entonces cuando, en aquella noche inhóspita de Febrero, se produjo la gran traición. Las tropas hanoverianas, mandadas por el Duque de Argill (también llamado Red John of the Batle) comenzaron a matar a sus anfitriones sin dejar escapar a nadie. Todos los varones de menos de setenta años fueron pasados por las armas. Fue una matanza preparada, en masa, horrible. El valle quedó reducido a la nada y el poderoso clan a punto de desaparecer.

Nadie podrá olvidar... Nunca. Pero ésta es una tierra práctica, así que, si se le puede sacar algo a la desgracia... Ahora, numerosos turistas, especialmente británicos, recuerdan la tragedia y, al mismo tiempo, colaboran con la economía del valle...

Edwardian painting of the site of the infamous 1692 massacre
of the MacDonald clan in Glen Coe, Argyll

En Ballachullish, donde antes estaban los transbordadores que cruzaban el Loch Leven, hoy se ha construido un moderno puente desde el cual, y en mi opinión, se pueden ver las mejores puestas de sol del planeta.
 
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