domingo, 15 de noviembre de 2009

Blackpool / km 1023



Es el mayor centro turístico de Gran Bretaña. Se extiende a lo largo de una inmensa marina multicolor de más de diez kilómetros de largo, marcada por sus tres famosos piers y dominada por una espléndida torre de 158 metros de altura construida a imitación de la torre Eiffel de París.

El corazón de Blackpool, la Golden Mile, es lo más animado con sus tres muelles (pier) pero, los ocho kilómetros que van desde Fleetwood al Norte hasta Squires Gate al Sur pueden recorrerse en los clásicos tranvías que aún circulan por el paseo.

En Blackpool no hay nada artístico pero sí mucho en qué divertirse. Ha de tenerse en cuenta que este Benidorm nórdico, aunque con una maravillosa e inmensa playa, no dispone, en general, del clima adecuado para usarla. De ello es fácil deducir que la cantidad y capacidad de las atracciones disponibles a cubierto tiene que ser enorme.
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Comenzaremos por su torre, símbolo de la ciudad y de un tiempo en que se quería emular al París de la gran exposición universal. En sus siete pisos encontramos atracciones tan variadas como:

  • Un sea-world con gran variedad de animales marinos, entre los que cabe destacar las graciosas rayas (a las que pudimos acariciar repetidamente), pequeños tiburones (a los que también pudimos tocar subrepticiamente) y grandes tiburones bajo cuya piscina pudimos pasear a través de un amplio túnel de vidrio.
  • Un museo del futuro (Out of this World), de carácter interactivo con los efectos más variados y curiosos.
  • Un gran salón de baile donde expertas parejas danzaban aires tradicionales acompañados de música en vivo.
  • Un fabuloso parque de aventuras (una jungla) para niños en el que podrían pasar toda una tarde maravillosa.
  • Un circo.
  • Una especie de parque jurásico con reproducción de animales y muchos efectos sonoros de los, todavía hoy, populares dinosaurios.
  • Y, entre algunas otras atracciones más, la propia torre, desde la que hay una vista magnífica.

La entrada a las atracciones de la torre es única (ocho libras) e incluye todas las atracciones salvo, lógicamente, bares y restaurantes.

En el extremo Sur de la milla de oro está un gran parque de atracciones de tipo abierto (la entrada al recinto es gratis, debiendo pagarse las atracciones una a una). Aquí, entre otras muchas atracciones, debe destacarse la gran montaña rusa llamada la Big One y que presume de ser la mayor del mundo. Es dificil estimar su tamaño pero probablemente no exagere si digo que se extiende sobre una longitud de más de quinientos metros de largo y que tiene una bajada como de un décimo piso, casi vertical. ¿Miedo? ¿Quién dijo miedo...?
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- Fernando, ¿qué te parece la montaña rusa?
- Bah..., una tontería. Chupada.
- ¿Y a ti, Pablo?
- Psé..., yo la bajaría con los ojos cerrados.
- Yo sólo inconsciente... ¿Y tú, mami, qué dices?
- Acoj...

Entre los dos puntos señalados cabe, también, reseñar un inmenso parque acuático necesario para que los amantes del agua no se vean forzados a prescindir de ella en los numerosos días de lluvia de la zona.

Hemos citado algunas de las atracciones de Blackpool pero, ha de entenderse que son sólo una pequeña muestra de las existentes ya que, en su conjunto, el resort, como dicen por aquí, está preparado para permitir a sus visitantes pasar quince amenos días sin necesidad de aburrirse (quizá con la pequeña condición de disponer del dinero suficiente).
LLegado el Otoño, a las atracciones tradicionales ha de unirse sus famosas iluminaciones consistentes en la instalación, a modo de farolas, de numeroso muñecos de plástico a los que internamente se les instala la correspondiente luminaria. Estos muñecos son patrocinados por las distintas casas comerciales que compiten entre sí por la captura de la atención de los transeúntes. Famosos son los conocidos McDonald's para los que reservan como media milla de calle.
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En el ranking que sigue se muestran los diez lugares más fotografiados de Inglaterra, y en él puede verse la importancia fotográfica de estas iluminaciones que duran un par de meses:
  • La Torre de Londres.
  • La Catedral de San Pablo.
  • La Torre y las iluminaciones de Blackpool.
  • Bath.
  • El Castillo de Windsor.
  • El Castillo de Warwick.
  • Stonehenge.
  • El palacio y jardines de Hampton Court.
  • El muelle de Brighton.
  • El zoo de Londres.
El abandonar Blackpool nos costó algún que otro problema con los niños, pues no estaban muy de acuerdo, si bien, al final, los convencimos con el peso de nuestros contundentes argumentos del tipo de "nos vamos porque sí" y otros similares.

lunes, 9 de noviembre de 2009

Chester / km 859

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El camino hasta Chester es corto y cómodo. El aparcamiento fue algo más latoso, pero al final encontramos un parking céntrico, vigilado y hasta barato, al lado del Leisure Centre, justo al principio de lo que era la decumanos romana.

Chester, que es la capital del condado que lleva su nombre, es también uno de los más hermosos conjuntos medievales de Gran Bretaña y, quizá, de toda Europa. Dispone de numerosas casas típicas con entramados de madera muy decorados y de bellas galerías comerciales dobles, una a ras de suelo y la otra al nivel del primer piso, y a lo largo de las calles principales.
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Estas galerías permiten pasear confortablemente en días de lluvia pudiendo ir de compras sin tener que sufrir el húmedo clima británico. También permiten fotografiar cómodamente las decoraciones de las casas de enfrente y a los numerosos artistas aficionados que ocupan las calles.

Las murallas, que aún hoy rodean la ciudad, están construidas sobre los cimientos de la vieja ciudad romana, fundada en el siglo I dC. con el nombre de Deva y en la que asentaron parte de sus legiones. Esta muralla, de tres metros de alta y tres kilómetros de larga, puede ser recorrida en su totalidad.

Durante la edad media la ciudad se convirtió en un importante puerto sobre el río Dee y en sede episcopal, siendo de esta época la mayor parte de sus bellas casas de madera pintadas en negro.
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The Rows es el nombre de las cuatro calles principales que convergen en un mismo punto y que siguen el trazado de las dos vías romanas precedentes (la Kardo y la Decumanos). Aquí se encuentran las casas que presentan un mayor interés artístico.



La ciudad dispone, también, de un pequeño y simpático museo en el que, quien lo desee, puede exponer sus propias colecciones, por otra parte, de los temas más variados y simpáticos. La entrada es gratuita, aunque se pide una ayuda para el mantenimiento del museo, y a nosotros nos pareció una visita recomendable por ser algo distinto de lo que normalmente uno espera de un museo.

Para llegar a Blackpool tomamos la autopista M53 que cruza la bahía de Liverpool (el River Mersey) mediante un túnel de peaje, para seguir luego por las M58, M6 y M55 que debería dejarnos en el centro de la ciudad. Pero era ya bastante tarde así que optamos por meternos en uno de los numerosos campings que rodean Blackpool.

Dado que hemos mencionado los campings, digamos de paso que los campings ingleses están dedicados casi en exclusiva a campistas con caravana o autocaravana, hasta el punto de que muchos de ellos no tienen espacio para tiendas. Por otra parte, el precio suele ser por vehículo, con independencia del número de personas que lo vayan a ocupar y, además, en general son francamente económicos.
 
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